Supongo que todos habremos leido algo sobre este tema, que en estos momentos esta de candente actualidad, y por eso hoy me decidí a escribir algo sobre lo que esta ocurriendo.
La advertencia de la Agencia de Protección de la Salud catalana al productor Josep Pàmies para que deje de comercializar flores comestibles ha empujado a un grupo de cocineros a impulsar unas “jornadas solidarias” a favor del consumo de estos “ingredientes”, que la UE no reconoce como alimentos.
Enric Millà, propietario del restaurante leridano El Dien y promotor de la iniciativa, ha indicado a Efe que empezó a mover la iniciativa ayer a través de Facebook y la página “florescomestibles.blogspot.es“, y que hasta el momento ya se han unido una decena de establecimientos de restauración.
Ha avanzado que estas jornadas reivindicativas se celebrarán entre el 30 de agosto y el 5 de septiembre, y que ya se ha puesto en contacto con restaurantes de todo el país, entre ellos alguno de los más mediáticos, para que secunden la idea.
Pàmies recibió el pasado junio una notificación de la Agencia de Protección de la Salud, organismo dependiente de la Generalitat de Cataluña, para que desistiera de su empeño de comercializar flores comestibles, ya que están al margen del marco legal alimentario de la Unión Europea.
Sin embargo, Pàmies ha asegurado a Efe que se resistirá a comercializar sus flores comestibles como “ornamentos culinarios” -recurso empleado por otros productores del sector- y que seguirá “desobedeciendo” esta normativa europea, que considera “absurda”.
Ha opinado que no es razonable que la UE obligue a los productores a financiar unos informes costosísimos, con un “papeleo” que puede alargarse 8 o 9 años, cuando esa normativa sobre “nuevos alimentos” se creó pensando en las variedades transgénicas y no en este tipo de vegetales, cuyas cualidades alimenticias, incluso medicinales, son conocidas desde hace cientos de años.
A su juicio, debería ser la propia administración la que impulsara estos estudios, de los que se acabaría beneficiando toda la población pero no lo hace por la presión que ejercen sobre ella industrias como la farmacéutica o la agroalimentaria.
En esta línea, el productor alemán Peter Knacke, propietario de la empresa malagueña Sabor y Salud, ha subrayado que esta normativa no es más que una “tontería” y se ha preguntado si alguien ha elaborado alguna vez un informe para comprobar si las patatas o los tomates son alimentos o no.
Entre las principales variedades de flores comestibles comercializadas, cultivadas sin productos químicos que afecten al consumo humano, figuran la flor de calabacín, el pensamiento, el clavel, la capuchina, la begonia, la rosa, el amaranto, el tagete y el coleo.
Desde la alta restauración -que constituye el principal mercado de las flores comestibles en España- algunas voces coinciden en considerar “absurdas” las exigencias de la Generalitat de Cataluña, mientras que otras valoran que se trate de regular un sector “muy serio” pero con escaso control institucional.
El chef de “Akelarre” (San Sebastián), Pedro Subijana, ha resaltado que las flores comestibles se usan “con responsabilidad y seriamente” desde hace muchos años, por lo que, en su opinión, el requerimiento del Ejecutivo catalán responde a la “obsesión por legislar” de algunas administraciones públicas.
En la misma línea, el director de I+D del restaurante “Etxanobe” (Bilbao), Paul Ibarra, ha considerado “absurdas” dichas exigencias por tratarse de ingredientes presentes en la cocina desde hace muchos años y por la dificultad para definir el concepto de “flor comestible”.
Desde el “Sant Pau” (Sant Pol de Mar, Barcelona), Carme Ruscalleda ha resaltado que algunos platos de su carta ya incluían flores en 1991, por lo que se ha mostrado “sorprendida” de que la Generalitat exija ahora regular su venta.
Por su parte, el cocinero de “Mugaritz” (Errenteria, Guipúzcoa), Andoni Luis Aduriz, ha reconocido que, aunque él utiliza flores comestibles desde hace doce años, se trata de productos que se mueven en el terreno de la “alegalidad”, y que carecen de problemas sanitarios, pero que tienen poco control institucional.
En este sentido, el cocinero de “Can Roca” (Girona), Joan Roca, ha valorado que la Administración trate de regular estos productos, aunque ha resaltado que se trata de una materia prima “muy vigilada y controlada”, con unos productores de “gran responsabilidad”.
2 Comentarios
Cuan poco razonan algunos funcionarios! Ignorar que nuestras bisabuelas ya empleaban flores en la elaboración de los platos familiares, en especial la del ca;labazín o zapallito de tronco como les decimos por Argentina, las flores de azahar que aromatizan desde hace siglos muchísimas preparaciones culinarias del mundo entero, es abstraerse totalmente de la realidad o … primará algun objetivo escondido?
Alberto, creo que hay muchos intereses escondidos, o casi. Hace dos años, vi a Pàmies en un Congreso, y ya comentaba lo que podría estar gestándose!! así que de ahí, a lo que ocurre hoy, es un paso.