TUVE LA SUERTE DE ESTAR ALLÍ Mercado Little Spain
Ya tenemos representación de la gastronomía española en la Gran Manzana en uno de los barrios de moda, Chelsea repleto de restaurantes y mercados.
Ubicado en Hudson Yards, ocupa una superficie de 3.200 m2 con tiendas, bares y restaurantes donde se podrá degustar todo tipo de platos típicos españoles elaborados con producto traído desde España.
Todo ello ha sido posible gracias al cocinero José Andrés y los hermanos Adrià y gracias también a todas las personas que han hecho posible que se instale la Marca España en una de las ciudades más importantes del mundo de un país tremendamente competitivo: cocineros, productores, camareros, azafatas, etc, que han estado al pié del cañón con sus consiguientes nervios y dificultades de última hora que ya sabemos cómo es esto de organizar eventos de este calibre y no morir en el intento.
También sabemos que lo de cocinar nuestras especialidades fuera del país, no es fácil y conlleva que puedan no salir como en casa.
Aún así, en general, casi todo lo que probé estaba a buen nivel, unas cosas mejor que otras.
Fue emocionante que nada más entrar me recibieran con la música del grupo español La Unión, en concreto con la canción “Un hombre lobo en París”. La decoración recuerda a un mercado dónde puedes comprar y a la vez acoplarte en alguna de las barras y tomar una tapa y algún refresco.
Tiene 3 restaurantes con horario ininterrumpido; varios bares; tiendas donde comprar producto español como: jamón, queso, pescado, carne, latas, etc, y puestos con representación de alguna región española.
Un espacio dinámico donde la idea es poder comer sentado si tienes tiempo o bien comer de tapeo para el que tenga más prisa.
Lo probé casi todo: la tortilla de patata es de cebolla y estaba muy bien, jugosa y rica;
las lentejas con chorizo muy buenas, para mí, lo mejor; los quesos muy buenos, pero tenemos mucha más variedad y muy buenos; el jamón ibérico de Fermín, la mayoría, muy bien; los churros con chocolate, buenos; las patatas bravas, buenas; el arroz de verduras que probé, en su punto y bueno.
Todos los que elaboran son en fuego de leña; el cochinillo lo encontré muy blando pero bueno de sabor; el gazpacho, bueno; las croquetas, buenas; el pulpo a la gallega, bueno.
Me faltaron los bocatas, las empanadas, los callos y poca cosa más…
En general todo estaba muy bueno aunque hay ciertas cosas que son mejorables como las presentaciones de algunas tapas –en vasos de plástico-, la imagen corporativa – cartelería poco sugerente- y variedad de producto a vender. Imagino que, como suele pasar en estos casos, por falta de medios y rodaje. Pero me encantó que algunos envases fueran biodegradables aunque hay que conseguir que lo sean todos.
Mi más profundo agradecimiento a todo el esfuerzo hecho y espero que tenga muchísimo éxito y que, sobre todo, esta ciudad pueda disfrutar de las especialidades de nuestra cocina como se merecen.
Aunque no es fácil solo con fotos y vídeos, os dejo esto para que juzguéis por vosotros mismos.
Nota especialmente enviada por Marta Escauriaza Rubio como colaboradora en PeriodismoGastronomico. @Marta_Escauriaza